SAN BLAS

Aunque nuestra parroquia no lleve su nombre, bien podría ser nuestro patrono, pues la tradición de festejar a San Blas se remonta a muchos años atrás.

Blas nació en Sebaste, un pueblo de Armenia. Según cuenta la tradición era médico y no sólo curaba las enfermedades sino que quería curar también el alma, por eso lo nombraron obispo de Sebaste. En la época en que él vivió, allá por el año 300, los cristianos eran perseguidos por los gobernadores y Blas tuvo que esconderse en una cueva en el Monte Argeus. Vivió durante tiempo en esta cueva, donde pasaba muchas horas meditando y rezando. Un día los cazadores del gobernador salieron a buscar animales y a quien encontraron fue a Blas en su cueva. Lo detuvieron y lo llevaron ante Agrícola, el gobernador. Agrícola quiso que renunciara a su creencia en Dios pero Blas se negó. Por eso lo condenó a morir. Poco tiempo antes de su muerte, una madre le llevó a su hijo que se estaba muriendo porque una espina de pescado atravesada en la garganta le ahogaba. Blas pusó las manos sobre él, oró un rato y el niño se curó. Después de su muerte la fe en él se extendió por toda Europa.

Por su vida ejemplar y la curación milagrosa, Blas se convirtió en santo, patrono de los enfermos de garganta y especial protector de los niños.

Para conmemorar esta fiesta en la parroquia, mañana día 3 habrá una misa a las 12.00, con participación de los miembros de la Asociación de Laringectomizados de Asturias. A continuación se sacará a san Blas en procesión por el entorno de la iglesia y se bendecirán las rosquillas que luego se pondrán a la venta. Esperamos que este año los 600 kilos de rosquilas den para todos. A las 18.30, también habrá misa, pero en esta ocasión los protagonistas serán los niños, que junto con sus padres y abuelos hacen que la iglesia se quede pequeña. En esta misa se les dará la bendición y con suerte, todavía quedará algún paquete de rosquillas, para que los más peques puedan disfrutarlas.