No. No estamos locos. Ayer festejábamos la nochevieja del año litúrgico y el próximo domingo empieza un nuevo año para la Iglesia. Y con el nuevo año comienzan también cuatro semanas especiales que forman el ADVIENTO.
Adviento viene de la palabra latina adventus que quiere decir venida o llegada, puesto que ya está cerca la Navidad, época en que recordamos el nacimiento de Jesús. Su venida al mundo es uno de los acontecimientos más importantes para los cristianos.
Ahora imaginaos que nos invitan a una celebración, por ejemplo a una boda. ¿Qué hacemos? Pues nos compramos un traje o un vestido bonitos, unos zapatos, también tenemos que comprar un regalo y no nos olvidamos de ir a la peluquería. Es una fecha importante y tenemos que prepararnos lo mejor posible.
Pues así debe ser el Adviento. Hay que preparar todo bien. Pero no hace falta comprar nada ni ir a ningún sitio especial. Basta con mejorar un poco el corazón y tratar de hacer las cosas bien para que cuando llegue Jesús se sienta bien acogido.
Tan importante es esta fecha, que si os fijáis bien en la misa del próximo sábado, José Manuel ya no llevará la estola de color verde, será de color morado que simboliza el cambio y el arrepentimiento. Durante estos cuatro domingos hasta Navidad, la palabra de Dios nos invitará a vigilar y anunciar el nacimiento de Jesús. En esta época se pone en algunas casas e iglesias una corona de Adviento, formada por un círculo de ramas de pino o abeto con cuatro velas (tres de color morado y una de color rosa) que se van encendiendo una a una cada semana.
Como el Adviento es una época de "obras" en el corazón, en estas cuatro semanas os iremos proponiendo un compromiso para intentar mejorar. De momento os dejamos esta canción que habla de sueños, acercarse, escuchar, ilusión, dar la mano, algo muy relacionado con este camino hacia la Navidad
Justo en el momento en que empezaba
a encontrar oscuridad hasta en el sol de mi ciudad.
Justo en el momento en que la resignación
consumía cada día mi ilusión.
Apareces tú y me das la mano
y sin mirarme te acercas a mi lado.
Y despacito me dices susurrando que escuche tu voz.
Adelante por los sueños que aún nos quedan
adelante por aquellos que están por venir.
Adelante porque no importa la meta
el destino es la promesa de seguir...
adelante.
Justo en el momento en que empezaba
a sospechar que la ilusión me abandonó sin avisar.
Justo en el instante en que empezaba
a olvidar, a atreverme, a imaginar, a inventar.
Apareces tú y me das la mano
y sin mirarme te acercas a mi lado…
y despacito me dices susurrando que escuche tu voz.
Adelante por los sueños que aún nos quedan.
Adelante por aquellos que están por venir.
Adelante porque no importa la meta,
el destino es la promesa de seguir