Comenzamos el mes de Mayo, mes de María, con varios acontecimientos importantes. Hoy además de ser el día del trabajo (algo que lamentablemente falta mucho), también es el día de la madre, así que felicidades para todas ellas.
También como cada primer domingo de mayo de cada año, nuestra parroquia celebra su fiesta: la Santa Cruz. Esa cruz que Jesús tuvo que cargar y sufrir antes de morir en ella, que nos salvó y nos redimió del pecado y que hoy en día, siguen cargando muchos seres humanos en el mundo: la cruz de la soledad, la cruz de la guerra, la cruz de la violencia, la cruz del hambre, la cruz de la injusticia o la cruz de la esclavitud. Sin embargo para nosotros hoy y en este tiempo pascual que vivimos la cruz es alegría y esperanza, en que los sufrimientos en esta vida serán recompensados en la vida eterna.
Por otro lado, hoy en Roma se celebra la beatificación de Juan Pablo II. Se da la coincidencia que desde hace diez siglos un papa no es beatificado por su sucesor, ya que tan sólo hace seis años del fallecimiento de éste. Los que lo conocieron dicen que era una persona cercana, amante del deporte, buen actor, gran viajero (visitó 129 países durante su pontificado que equivale a dar 27 vueltas al mundo y sabía hablar 13 idiomas) y con capacidad para conectar con niños y jóvenes (él fue el impulsor de las Jornada Mundial de la Juventud que este año se celebrará en Madrid). Por eso hoy se espera que en la beatificación haya alrededor de un millón de personas y curiosamente los españoles serán mayoría después de los polacos (compatriotas de Juan Pablo II). A la ceremonia asistirán grandes personalidades de todo el mundo y se da el primer paso para que en un futuro Juan Pablo II sea nombrado santo.
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