Hoy, 20 de noviembre, celebramos el Día de los Derechos del niño. Como siempre, la existencia de un día especial, en este caso dedicado a los niños, nos recuerda que no se les está respetando. Los niños no son sólo seres que hay que cuidar por su fragilidad y heteronomía, también tienen derechos: tienen derecho a ser iguales sin importar su raza o sexo o religión, a tener un nombre y una nacionalidad, a crecer sanos, a tener una vivienda donde estén bien atendidos, a recibir cuidados especiales si tienen algún tipo especial de discapacidad, a formar parte de una familia y de la sociedad, a recibir educación y poder disfrutar de juegos, a ser los primeros en recibir ayuda, a ser protegidos frente el abandono y la explotación y a ser educados en la paz y la fraternidad de los pueblos.
Y aunque visto desde aquí, parece imposible que no se respeten estos derechos tan básicos, la realidad en nuestro mundo es bien distinta. Muchos niños no pueden acceder a la educación o sanidad, otros tantos trabajan a edades muy pequeñas y una gran cantidad de los que nacen no llegan a cumplir los 5 años.
Nosotros tenemos la opción de elegir cómo será el mundo de los niños del futuro. ¿Por qué no empezamos a darle forma?