Imagen tomada del blog "El rincón de las Melli" |
En aquel tiempo, los escribas y fariseos le trajeron a una mujer sorprendida en adulterio, la pusieron en medio y le preguntaron:
“Maestro, en la ley de Moisés se nos manda apedrear a las adúlteras; tú ¿qué dices?”. Le preguntaban esto con mala idea, para tener de qué acusarlo. Jesús se inclinó y se puso a escribir en el suelo. Como insistían en la pregunta, se incorporó y les dijo: “Quien de vosotros esté sin pecado, que tire la primera piedra”.
De nuevo se agachó y seguía escribiendo en el suelo. Ellos se fueron retirando uno a uno, empezando por los más ancianos. Jesús se quedó solo y la mujer en el centro, de pie. Se incorporó y le preguntó: “Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado? Ella respondió:
“Nadie, Señor”. Y Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante, no peques más”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario