La posada es una celebración cristiana que consiste en nueve rosarios en los que se recuerda el viaje de María y José desde Nazaret a Belén y la búsqueda de un lugar para el nacimiento del hijo de Dios. A esto se le fueron agregando una serie de tradiciones y celebraciones no religiosas, dando lugar por ejemplo, a las famosas posadas mexicanas.
Fue el agustino Diego Soria el que solicitó al Papa celebrar nueve misas antes de Navidad para festejar el nacimiento de Jesús. En el México prehispánico celebraban el advenimiento de Huitzilopochtli (Dios de la Guerra) durante la época invernal. Cuando los agustinos llegaron al Nuevo Mundo descubierto por Cristobal Colón, uno de los primeros lugares donde se asentaron fue en San Agustín Acolman, cerca de Ciudad de México. Allí comenzaron a celebrar estas novenas previas a la Navidad, que se empezaron a acompañar al término de la misa de festejos con luces de bengala, villancicos y piñatas.
Con el tiempo la celebración se fue separando de la iglesia y hoy en día, es una fiesta de calle, donde varias personas peregrinan de casa en casa pidiendo posada y cantando estos versos:
Después de esto se rompe la piñata y se prenden bengalas. La piñata, como ya sabéis, se construye manualmente y debe tener forma de estrella de siete brazos. Representa al pecado. Es por eso que se le dan palos hasta que se rompe y caen los dulces, que representan la gracia de Dios.
En España no tenemos esta tradición, pero desde hoy hasta el día de Navidad, podemos recordar y rezar todos los días a José y María, que recorrieron un largo camino antes de que el Mesías llegara al mundo.
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