Si una persona importante visitara nuestra ciudad o pueblo sería recibido por mucha gente en las calles, agitando banderas o pancartas, gritando su nombre o cantando, viajaría en un coche descapotable y en los edificios importantes probablemente sería recibido con una larga alfombra roja y algún regalo.
En tiempos de Jesús no había coches ni banderas ni alfombras, pero la gente también sabía recibir a las personas importantes. Por eso, cuando Jesús se acercaba en su burrito a Jerusalén para celebrar con sus discípulos la pascua judía, la gente lo recibió colocando en el suelo sus mantos y ramas de árboles y gritando: "¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en el cielo!" Esa era su forma de recibir y festejar la llegada del hijo de Dios.
De ahí viene la tradición de llevar ramos y palmas el Domingo de Ramos para ser bendecidos en la misa.
Os invitamos mañana a las 12.00 a compartir con nosotr@s el recibimiento que Jesús merece antes de comenzar esta semana de sufrimiento pero a la vez tan gozosa.
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